
La obesidad aumenta el riesgo de desarrollar arteriosclerosis; sin embargo, el riesgo depende significativamente de la distribución del tejido adiposo en el cuerpo y la acumulación ectópica de tejido adiposo visceral (TAV), ya que cada depósito de grasa visceral es anatómica y funcionalmente diferente.
Dada la proximidad al órgano, cada depósito de TAV ejerce una modulación local más que un efecto sistémico. Así, EL TEJIDO ADIPOSO EPICÁRDICO, que se encuentra entre el pericardio y el miocardio, es biológicamente activo y puede secretar hormonas, citocinas proinflamatorias y proteínas y se ha abierto campo como causante de arteriosclerosis, estando ya clínicamente relacionado con disfunción endotelial, insulina, resistencia, diabetes, hipertensión, obesidad ectópica y dislipidemia, y un mayor riesgo de enfermedad cardiovascular y accidente cerebrovascular.
Es en gran parte el resultado de una dieta desequilibrada, estrés y sedentarismo.
A través de la realización de ejercicio adecuado en tipo y dosis podemos reducir el grosor de la grasa epicárdica. https://bit.ly/2XHQmXS
Así, el ejercicio de FUERZA adecuadamente programado, reduce el volumen del tejido adiposo epicárdico y paracardial y mejora los factores de riesgo cardiovascular https://bit.ly/3h979ej