
El EJERCICIO FÍSICO adecuado en tipo y dosis desencadena una compleja red de interacciones moleculares con varias organocinas que aumentan el anabolismo muscular, la formación de hueso, la biogénesis mitocondrial, la utilización de glucosa y la oxidación de ácidos grasos, y atenúan la inflamación crónica de bajo grado provocada por la inactividad física, el envejecimiento o los trastornos metabólicos (obesidad, diabetes tipo 2.. ).
Se están publicando interesantes artículos evidenciando interacciones por efecto del ejercicio físico entre MIOCINAS (irisina, IL-6, IL-15, METRNL, BAIBA y miostatina), HEPATOCINAS (en particular selenoproteína P, fetuina A, FGF21, ANGPTL4 y folistatina), OSTEOCINAS (osteocalcina) y ADIPOCINAS (leptina, adiponectina y resistina).
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